martes, 31 de julio de 2007

Fin de semana 1 (II). 29 de julio


DOMINGO 29: Fuimos al Parque Nacional Vicente Pérez Rosales, concretamente a los Saltos del Río Petrohue. Hacía frío, pero por suerte hizo mucho sol, el ruido del agua saltando con rabia y los volcanes al fondo… No sé, no sé explicar sentimientos pero por suerte sé darme cuenta que lo siento.



"Formal" y haciendo el "ganso" en los Saltos del Petrohue.

Los transportes no estaban de nuestra parte. Estuvimos esperando una hora a que llegara un bus que nos llevara al Volcán Osorno. Los de la puerta del parque me dijeron que tardaría unos 20 minutos, después de estar esperando media hora fue una chica francesa (con la que por cierto, acabamos comiendo) y le dijeron que tardaría unos 20 minutos… Está claro, contestación estándar. Esto también es Chile…

Pero hay que decir algo bueno de los autobuses entre Puerto Varas y el Parque, a la vuelta el conductor me dejó sentar en el asiento de delante de todo, a su lado casi. Sólo estuvimos comentando un poco que había mucha menos frecuencia de autobuses porque era temporada baja, que en verano había mucha gente y que lo mejor que se puede hacer es alquilar un coche para poderlo ver todo. Me indicó un par de sitios desde donde se podían hacer buenas fotos y hasta paró el autobús para que tomara unas buenas fotos del volcán. Eso es el carácter del sur de Chile. Lo cortés no quita no valiente. Después se quedó callado y me dejó disfrutar del paisaje con mis pensamientos…



Delante del Volcán Osorno.

lunes, 30 de julio de 2007

Fin de semana 1 (I). 28 de julio


DESTINO: Puerto Montt, Puerto Varas y el Parque Nacional Vicente Pérez Rosales.



SÁBADO 28: Hemos empezado nuestro recorrido turístico por este largo y estrecho país. Primera parada: Puerto Montt, que está 220km al sur de Valdivia y que es la capital de la X Región de Chile (antigua región a la que pertenecía Valdivia. Ahora se han escindido y hay una nueva región, la de Los Ríos de la que Valdivia es capital: parece que por estas latitudes también hay problemillas territoriales y piques internos); Puerto Varas, una ciudad pequeña pero con un encanto increíble, principalmente porque está a la orilla del Lago Llanquihue, desde donde se ven los volcanes Osorno y Calbuco.

Nuestra andadura empezó el sábado por la mañana: más de 3 horas de viaje en autobús. Ya de camino el paisaje prometía. Cuando llegamos fuimos a nuestro hostal: el Hostal Don Teo: la zona tenía mala pinta, al lado de la terminal de autobuses a las afueras, pero por dentro el hostal era muy “digno”: baño privado, con toallas limpias, agua caliente, televisión y calefacción alta. ¿El precio? No llega a 11€ cada una la noche. Creo que está bastante bien ¿no? Fuimos a dar una vuelta por el paseo, bordeando el Seno de Reloncavi. A la hora de comer decidimos ir a los palafitos de Angelmó, a comer pescado fresco: yo me pedí merluza frita con papas y arroz. La merluza era enorme y el plato sólo costaba 3000 pesos, algo más de 4€. De camino a Angelmó aprendí dónde paran las micros en las ciudades: ¡¡donde haya una persona que levante la mano!! Paran como los taxis…



Delante de los palafitos en Angelmó




Después nos dimos una vueltecita con una barca por el Seno de Reloncavi, vimos la isla de Calbuco desde la barca y las casas de la orilla. Pensé que no sería capaz de vivir en una casa como esa ¿o sí? Quién sabe, a veces nosotros mismos nos sorprendemos…


Casas a la orilla de la Isla. En la isla no parecía que hubiera nada más que estas casas y árboles.



He de reconocer que lo de la vuelta en barca no estaba en mis planes, ¿lo primero que le dije al barquero cuando nos ofreció la vuelta? Efectivamente, Mum, le dije ¡No! Victoria me dijo “espera, espera, ¿por qué no?” El paseo estuvo genial, valió la pena. A veces hay que salirse del camino marcado.


Vista desde la barca. Isla Cabulco.



Al atardecer: Puerto Varas. Nos impresionó mucho la ciudad. La vista del Lago y de los volcanes al fondo al atardecer con la luna llena tenía lago de mágico, te sobrecogía, de veras, me sentí diminuta: que esa imagen no se me borraría de la mente jamás mientras que los volcanes ven cada día millones de turistas que se enamoran de ellos.




Sin palabras.



También vimos el casino, y la catedral de la ciudad de arquitectura alemana.



La catedral de Puerto Varas de noche.



viernes, 27 de julio de 2007

Curiosidades (II)

Café El Nono




Aquí una foto en el ya mencionado Café El Nono. Está cerca de la residencia y ya os dije, colación por 3€: jugo, cazuela de vacuno, sopaipillas y agregado de ensalada. En la foto Victoria y yo con la señora chilena que nos preparó la comida en El Café. ¿Qué decís de la mujer valdiviana? No todas son como ella de aspecto, pero en lo amable se puede decir que sí. Una mujer encantadora, ya veis, hasta se ofreció a hacerse una foto con nosotras.


Leones marinos por las calles



¡Esta es LA foto! La hice una noche que fui a dar un paseo con Anne (una chica danesa que vino un par de días), desde lejos parecían dos personas sentadas con un par de mantas negras por encima pero cuando empecé a acercarme pensé que debían ser muy altas para que se viera un tronco tan grande. ¡Resulta que eran LEONES MARINOS! El río en Valdivia está lleno de ellos pero lo bueno es que de noche: ¡toman la calle!

Curiosidades (I)



La ausencia de entradas en el blog estos dos últimos días no ha sido por falta de ganas ni por falta de ideas sino que todos los astros se han alineado para que yo no tuviera acceso a Internet en casa. Han puesto red inalámbrica Wi-Fi y mi ordenador no la reconoce: "if ain't broke, don't fix it", "si no está roto, no lo arregles". Con lo bien que me iba a mí el cable tradicional... Para compensar pienso escribir más de una entrada hoy. Le prometí a mi padre una entrada cada día y las promesas se cumplen, si no no se hacen ¿no?


Bien, pues este ya es el quinto día de trabajo y por ahora lo puedo resumir en entrar cada día a las 9 de la mañana, reuniones más largas de lo esperado hasta más de las 7 de la tarde y...Unas clases teóricas (que no prácticas, sino teóricas, 2 sesiones de 1h 45 minutos cada semana que daré yo) que preparar. Ante la poca novedad en el ámbito de trabajo recupero algunos ases que tenía en la manga de los primeros días por aquí.


¿Qué os parece la señalización naranja?








Cuando lo vi no pude evitar echarme a reír. Porque lo mejor no se ve en la foto. El "hombre trabajando" estaba en la acera, y estaba antes de la señalización. Es decir, que antes te comes al "hombre trabajando" y luego te avisan. Así es Chile...








martes, 24 de julio de 2007

Tomé una micro

Las micros son los autobuses que recorren la ciudad, nunca se dice coger la micro sino tomar la micro si no quieres que te miren con sonrisa picarona. La verdad es que por fuera ya se ve cómo son pero cuando te subes es aún más “tercermundista”.


Pensé que sería capaz de pagar los 300 pesos que vale el billete (no llega a 45 céntimos) de pie al lado del conductor pero fue imposible, si no quería caerme. Así que me tuve que sentar y luego cambié de asiento al del final para hacer la foto de la derecha. Si sale así de movida es porque fue imposible hacerla mejor: la traqueteo era increíble, parecía una atracción de feria. Yo no sé muy bien de qué parada salen estas micros, cuáles hay, sus números, itinerarios; muchas veces paran donde no hay parada señalizada y si pides en el Ayuntamiento o en la Oficina de Turismo un mapa o guía con las líneas de bus y sus recorridos te miran como si fueras… Bueno, supongo que te miran como si fueras europea, que lo tenemos todo organizado al milímetro con paradas señalizadas, horarios establecidos que (más o menos) se respetan, y sobre todo tracción en todas las ruedas…



Otra cosa que me fijé el primer día (defecto profesional, al vivir en casa con un telecos) y que se ve poco en ciudades europeas (vaya, las que yo he visto) son los postes de los cables.
Esta foto va por ti, Papi, ¿ves como se pueden poner los cables de cualquier manera?


lunes, 23 de julio de 2007

También hay cielo azul en Valdivia


Lo empezaba a dudar, no me creía que detrás de los nubarrones grises casi negros hubiese azul pero se ve que sí...


Mi primer día


Hoy ha sido el primer día en el Instituto de Estadística. Me han dado un despachito, con ordenador y conexión a internet, teléfono directo y tengo una cocinita cerca para preparar café o té. Y sobre todo… ¡Un artilugio que calienta! Así que a partir de mañana me quitaré los leotardos de debajo de los pantalones y empezaré a llevar solo (¡!) medias ¿Qué más quiero? Estoy encantada, ya dicen, el trabajo dignifica.

Sé que la sonrisa se ve rara, ¡pero lo que cuenta es el cartel!


Ha sido un día lleno de novedades: ha salido el sol, no ha llovido en todo el día, he probado una cerveza Kunstmann (das gute Bier von Valdivia) [http://www.cerveza-kunstmann.cl/], ha venido a mi despacho un estudiante de Leyes que quería venderme aceitunas... Ni que decir tiene que yo he tardado en darme cuenta que lo pretendía era venderme las aceitunas que me estaba dando a probar. Eso en Barcelona no pasa ¿o sí?


Sobre los estudiantes a los que les daré las prácticas de Estadística II de Ingerniería Comercial a partir del 8 de agosto me han advertido lo siguiente: “hay 60 matriculados, solo 30 van a clase y de esos 30 la mitad se sienta en la última fila y hablan y juegan con sus celulares”. Se aceptan consejos para domarles y que no me tomen por el pito del sereno.

domingo, 22 de julio de 2007

Hoy día 22 únicamente una cita y una foto

"Amar con los ojos cerrados es amar con un ciego. Amar con los ojos abiertos tal vez sea amar como un loco: aceptarlo todo apasionadamente. Yo amo como una loca"

Marguerite Yourcenar, Feux 1935


[Quizás esta tarde explique algo de Chile. Nos vamos en barca por el río Calle Calle.]



sábado, 21 de julio de 2007

“Español hablado” para “castellanohablantes” (I)

Su forma de hablar. Eso es lo que más me llamó la atención cuando llegué a Chile. La primera persona con la que hablé fue con la azafata del “Counter de pasajeros chequeados” y me dijo que embarcábamos a las “diez para las dos”, pronunciado “dies para la’ dos”. En ese momento me di cuenta que aunque se suponía que hablan castellano, bueno, un dialecto del castellano según mis libros de texto de secundaria, no iba a ser siempre fácil entenderlos. Hablan con un ritmo y una cadencia muy diferente a nosotros, articulan las frases de otra forma, el tono y el volumen de voz y las palabras en las que ponen el énfasis también cambia… Creo que todo eso es lo que hace que muchas veces cuando me dicen algo rápido en el súper no les entienda.

Pero lo más sorprendente es el vocabulario. En el terreno de la comida hay todo un glosario bien curioso: para comer toman jugos (que, por cierto, si pides agua te tratan de extraterrestre) el de durazno es de melocotón; el de frutilla es el de fresa y el de damasco es de albaricoque. Las judías son los porotos y los mejillones aquí se llaman cholgas o choritos. La merienda se llama once, su comida de mediodía la llaman colación o almuerzo y al camarero que la sirve se le llama garzón o mesero pero nunca mozo porque se considera un insulto. Acompañan la comida con un agregado que puede ser una ensalada pequeña o algo de arroz, en lugar de pan suelen servir sopaipillas que son unas tortas de harina rebozada que al parecer es muy calórico y en los fríos inviernos del sur de Chile viene bien (foto).


Después de esta mezcla entre glosario y resumen de algunas costumbres culinarias os puedo decir que el ordenador es el computador, el portátil es el notebook, el móvil es el celular y el locutorio es el centro de llamados. ¿Qué más? La habitación es la pieza, la cuadra es una manzana (de calles). Nunca le dirían al grifo de esa manera sino llave y un jersey es una chomba o simplemente suéter y el pijama lo llaman piyama. Utilizan la palabra chulo como ordinario y no como creído o como genial. El fútbol sala es el fútbol indoor y en cambio el futbolín es el taca taca. Utilizan la palabra mall como centro comercial y pronuncian CD o wi-fi como “si-di” y “guai-fai” respectivamente en transcripción de sonidos cutre.

Habrá más clases de este español, a mí me divierte y espero que a vosotros también. Pero por hoy ya está.

viernes, 20 de julio de 2007

Hay tanto que contar...

Hay tanto que contar que no sé muy bien por donde empezar. En estos dos días han pasado muchas cosas: he llorado, he pasado frío, me he reído, he conocido a una catalana de más de 80 años que está en Chile desde antes de 1960 y que sin embargo aún conserva el acento catalán, he probado el terrible café que preparan por aquí, me han servido un vasito de gaseosa después de un cortado, he paseado sola por Valdivia, he estado en una reunión de trabajo, he comido en el Café El Nono por menos de 3€, me han contado la situación económica y política de Chile y algo de su historia delante de una hoguera…
He decidido empezar por la residencia. Es una casa que, como veis en las fotos da casi miedo. No necesito que extraigáis comparaciones, ya las hemos hecho todas Victoria y yo: la casa de Psicosis, la que aparece en Matilda de Roald Dahl... Desde Barcelona no me imaginaba la residencia así, pero ahora me parece que tiene algo especia, supongo que simplemente es mi casa aquí...

Las habitaciones son enormes, con paredes altas, y el lavabo es muy grande también (foto abajo). La dueña es encantadora y nos está ayudando a preparar viajes, nos da consejos de donde ir a comer, no se levanta antes de las 12 de la mañana y se ríe fácilmente.
Pero lo más importante es que cuando esta mañana me he levantado y he recorrido sus largos pasillos hasta llegar al lavabo que tiene ducha y he abierto el grifo del agua caliente y efectivamente ha salido agua caliente me he sentido feliz. Sin más, feliz. Supongo que eso es empezar a saber valorar las pequeñas cosas…


Mañana más y mejor (hoy estoy un poco cansada).

miércoles, 11 de julio de 2007

Entrada piloto: decisiones

Como veis he decidido abrir un blog y he decidido titularlo “Diario de un viaje” porque hace 7 meses decidí que quería pasar mi verano en una ciudad en la que llueve 360 días al año y que está a más de 12000 kilómetros de casa. La Pompeu vio mi solicitud y decidió concederme la Beca de Voluntariado Académico para la Universidad Austral de Chile en Valdivia. Está claro, esto va de decisiones.

Decisiones, las hay de todas clases. Las hay que se toman rápido, casi sin pensar; otras que cuesta mucho tomar, decisiones que nos negamos a tomar, decisiones que posponemos en el tiempo, decisiones espontáneas, arriesgadas, poco importantes, inconscientes, locas, contradictorias, absurdas, decisiones que nos hacen felices, que nos entristecen. Pero lo que más cuesta es decir si una decisión es correcta. O no lo es.

Yo este año he tomado algunas importantes y otras todavía están pendientes de ser tomadas, son de esas que cuesta tomar. Quizás los aires fríos de Chile me sientan bien para pensar.

Dicho todo esto, os doy la bienvenida a todos y os animo a dejar vuestros comentarios. Cuando esté en la otra punta del mundo me hará mucha ilusión saber de vosotros.